Busco las horas vacías y
deshabitadas para encontrarme con la melancolía
Para mecer mi cabeza en
un suave vaivén
De dulces reposos y
tranquilos y apacibles instantes
Que pasan lánguidamente y
de forma poco habitual
Resbalándose como gotas de lluvia en el cristal
Creando el vaho de una atmósfera
displicente pero amable
Llenando los huecos de
las paredes de tolerancia, de amor,
De quietud, no exenta de
pasión, y de paz
Y todo lo inundan
las notas musicales de una danza
Y los acordes que, deliberadamente
claman nuestro
Más íntimo secreto abocado al infiníto
Voy a gritar, voy a
gritar con las cuerdas mudas
Que me fascina todo lo
que me puedas dar
Tu aire mantiene la
nota flotando
El espacio ocupa tu
nombre y hasta me fascina
Observar dejarte llevar
Busco esos instantes
propios que definen
A cada uno de nosotros
Aquellos que nos cobijan
y nos guardan el secreto
Más íntimo.